En otoño, cuando el sol luce sus rayos dorados, Bélgica muestra lo mejor de sí: en este período del año, el pequeño estado centroeuropeo, con sus ciudades de ensueño, sus suaves lomas y sus bosques variopintos es una verdadera delicia para los ojos. Esas mismas sensaciones pueden experimentarse al saborear el menú otoñal de cinco platos a base de manzana de Basile de Wulf. El archigalardonado chef, pese a su tierna edad —tiene veintisiete años—, ya ha atesorado una dilatada experiencia en las cocinas internacionales, experiencia que se percibe en cada uno de sus platos.

Su menú prevé manjares de aromas delicados, acompañados por un brownie de chocolate belga como postre de otoño. Las creaciones de Basile De Wulf son sencillas, por lo que incluso los cocineros menos expertos pueden atreverse a realizarlas con resultados excelentes.